Cada encuentro nos ayuda a crecer como persona, dando a conocer los puntos de vista de cada uno/a compartiendo ideas y pensamientos, esta es la recopilación sobre la Nueva Cultura Emancipadora.
Los directivos deben estar convencidos que es necesario realizar cambios recuperar actividades que han sido exitosos e innovar en las que no se ha obtenido resultado satisfactorios, promover una nueva cultura escolar que conlleve a un cambio de fondo en las diversas formas de relacionarse entre docente - directivos, docentes - docentes, docente - estudiantes.
Los circuitos educativos supera los criterios tradicionales de supervisión se pasa de la concepción jerárquica vertical y autoritaria a la gestión horizontal democrático y cooperativo entre las instituciones.Este espacio refleja la complejidad social y de las fuerzas que interactúan. Son centros de convergencia e integración de los actores sociales llamados a protagonizar la acción y la transformación social.
jueves, 22 de noviembre de 2018
Actividad al dia
El conocimiento de los/las estudiantes su relación con
la convivencia y el clima escolar, se aborda en la escuela como un
espacio de socialización teniendo en cuenta el conjunto de interacciones sociales que se dan en su
interior, se sustenta en la medida que la convivencia escolar se verifique en un clima
de respeto y tolerancia, donde los valores de la cooperación, confianza, se entienda como un
proceso de conocimiento y comunicación orientados hacia
un objetivo con habilidad y sabiduría donde persevere la eficiencia en mejores aprendizajes, contribuyendo con ello a mejorar
la calidad de la educación.
martes, 20 de noviembre de 2018
Conucos Familiares
Un huerto EN EL COLEGIO
es una herramienta educativa muy valiosa que fomenta el respeto medio al
ambiental, los valores ecológicos, el conocimiento de la sostenibilidad,
permite disfrutar de alimentos cultivados por los propios escolares y valorar
sus propiedades para nuestra salud, son muchos los beneficios que se obtendrían
en los colegios si se instauraran huertos escolares. Lo cierto es que poco a
poco este tipo de iniciativas en el Perú proliferan y son cada vez más los
programas educativos en torno a la creación de huertos . Para que este tipo de
iniciativas sean viables se requiere la implicación de los niños, los
profesores y los padres, si queremos que los niños cambien sus hábitos
nutricionales y valoren los alimentos saludables, una huerta escolar debe ser
contemplada en la educación. Con ello, los niños además aprenderán a trabajar
en equipo, adquirirán conocimientos de horticultura y realizarán actividades
físicas que resultarán beneficiosas y agradables. Un pequeño huerto proporciona
los recursos educativos y los alimentos necesarios para que los niños se
sientan atraídos y disfruten con la producción de los alimentos que después
podrán degustar en el colegio o en su hogar, deben ser alimentos fáciles de
cultivar, patatas, tomates, zanahorias… incluso se pueden utilizar algunos
árboles frutales, cerezos, nísperos, manzanos, perales… un conjunto de
herramientas que contribuirán a encauzar hábilmente los hábitos saludables y
nutricionales de los niños. Con los huertos escolares además se adquiere un
compromiso y una responsabilidad, los niños desarrollan aspectos de gran valor
que les servirá en edad adulta.
Estrategia Educativa que nos ayuda a mejorar la convivencia en el aula y las relaciones interpersonales entre los estudiantes.
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Actividad al dia |
La alimentación
Lo mas importante es entender que todos los días se aprende algo nuevo, que no somo magos, tampoco nos la sabemos todas, pero tratamos en lo posible por ser la mejores madres del mundo, dar lo mejor cada día, en cada uno de los roles que desempeñamos en nuestro ámbito educativo, encontré algo que me pareció muy bueno, que debemos tomar en cuenta hoy día, mas aun cuando hablamos de alimentarse,, sobre todo en los niño y niñas que están en un proceso de crecimiento y desarrollo.
1.- Su hijo no tiene un pelo de tonto
2.- Los niños pequeños no van solos a los bares
3.- Dos no se pelean si uno no quiere
4.- ¿Comer para vivir, o vivir para comer?
5.- Comer a sus horas
6.- Recuerde su propia infancia
7.- Pero ¿usted de parte de quién está?
Este artículo fue escrito para la revista Ser Padres,
publicado en 1999 Dr Carlos González
La comida es un tema que preocupa a muchas madres. Cada
mañana, millones de madres en todo el mundo se preguntan: “¿Dónde encontraré
hoy algo para dar de comer a mis hijos? Y cuando acaben ellos, ¿quedará algo
para que coma yo también?”
Ninguna de esas madres va a leer esta revista. Nuestras
lectoras no tienen ningún problema con la comida, porque tienen comida de
sobras. Pero, a pesar de todo, sus cartas nos demuestran que están preocupadas
por la comida. Desesperadas, a veces.
No es fácil criar y educar a los hijos, y bastantes problemas
requieren ya nuestro tiempo y nuestra atención como para encima buscar
problemas donde no los hay. Nuestros hijos crecen demasiado rápido, y nos
necesitan intensamente, pero durante pocos (¡ay, tan pocos!)) años. Aunque
ahora le parezca increíble, dentro de 20 años criar niños no será más que un
recuerdo lejano.
Que sea un hermoso recuerdo. Las siguientes reflexiones van
destinadas a evitar los problemas con la comida, para que usted pueda dedicar
su tiempo a disfrutar de su hijo, en vez de a pelear con él en torno a una
cuchara.
1.- Su hijo no tiene un pelo de tonto
“Gran mortandad de animales. Segovia, de nuestra redacción.-
Cientos de conejos, y docenas de jabalíes y ciervos, ha aparecido muertos en
los bosques cercanos a esta capital. Según los expertos, murieron de hambre en
medio de verdes y tiernos pastos, porque eran malos comedores.”
¿Se imagina una noticia así en la prensa? ¡Vaya tontería!
Nadie le tiene que explicar a un conejo cuánto tiene que comer, un animal sólo
muere de hambre cuando no hay comida. Ni tampoco hay que decirles qué comer;
los conejos son herbívoros, y ninguno se confunde y se pone a comer carne o
insectos.
Pues lo mismo le ocurre a las personas, incluyendo a los
niños. Su hijo sabe cuánto necesita comer. No lo dude ni por un momento. Hace
ya muchos años, unos estudios científicos realizados en el Canadá demostraron
que los niños de uno o dos años, cuando les dejaban elegir entre una amplia
variedad de alimentos y comer solos, elegían una dieta equilibrada y comían una
cantidad adecuada.
¿Equilibrada? ¿No se lanzaban sobre el chocolate? Siga
leyendo…
2.- Los niños pequeños no van solos a los bares
Ni a los restaurantes, ni al mercado. Su hijo sólo puede
comer lo que usted le da. Si usted no compra chucherías y golosinas, su hijo no
las comerá (al menos por ahora). La responsabilidad de que la comida sea sana y
nutritiva es de la madre. Si en aquel experimento canadiense hubieran dado a
elegir a los niños entre coliflor hervida, caramelos, “ganchitos” y pasteles de
chocolate, tal vez su dieta no hubiera sido muy adecuada. Pero si les dan a elegir
entre frutas, verduras, macarrones, pollo, huevos… los niños eligen
adecuadamente.
¿No acabo de decir que los animales también saben elegir la
composición de su dieta? Es cierto. Pero los animales no pueden elegir
chucherías ni golosinas, porque en el bosque no hay. Nuestros hijos nacen con
un mecanismo automático que les permite elegir, entre los distintos alimentos
naturales a su alcance, una dieta razonable. Por ejemplo, a los niños les
encantan los dulces. Durante millones de años, los únicos dulces eran la leche
materna (más dulce que la de vaca) y la fruta, cargadita de vitaminas; el gusto
por lo dulce era muy útil para que los niños tomasen una dieta sana. Pero se
inventaron los dulces artificiales, más dulces aún que la fruta, y el mecanismo
de control se descontroló. La evolución lleva milenios, y nuestros hijos
todavía no están preparados para controlar por sí mismos la ingesta de dulces.
Les tendremos que ayudar.
3.- Dos no se pelean si uno no quiere
“Es que no hay manera”. “Se cierra en banda”. “Es tozudo,
tozudo”. “No hay manera de hacerle entrar en razón”. “No le da la gana de hacer
una comida en condiciones”. ¿Es así su hijo? ¿Y él, que diría de usted? “Mira
que le digo que no tengo hambre, pero ella sigue, y sigue…”.
Una amiga nuestra tenía un hijo que “no comía”. Siempre
dejaba más de la mitad en el plato. Nuestro hijo tenía un año menos, y sí que
comía. “¿El vuestro come? — Pues sí, claro. — ¿Se acaba el plato? — Sí, se lo
acaba todo”. La respuesta no hacía sino aumentar su preocupación, convencida de
que “todos comen menos mi hijo”. Casi nos daban ganas de decirle una mentira
piadosa (“pues no, tampoco come, ni a tiros”).
Un año alquilamos un apartamento grande y nos fuimos juntos
de vacaciones. Llegó la hora de la comida; y al ver el plato de nuestro hijo,
nuestra amiga, “con la color mudada”, que decían los antiguos, apenas pudo
balbucear: “¿Sólo le ponéis eso? — Sí — Pero, ¿es bastante? — Hombre, claro, a
su edad no iba a comer más…”. Rápidamente fue a vaciar el plato de su hijo, ¡le
había puesto el triple! Nunca más ha tenido problemas con la comida.
Los problemas con la comida surgen de un desequilibrio entre
lo que le niño come y lo que la madre cree que tendría que comer. Jamás he
visto un caso en que el equivocado sea el niño. Hay dos maneras de evitar la
cotidiana pelea: que el niño coma más (lo que no puede hacer, porque
vomitaría), o que la madre deje de obligarle a comer. ¿A qué espera para dar el
primer paso?
4.- ¿Comer para vivir, o vivir para comer?
“Si no te acabas la verdura, no hay postre”. “Si recoges los
juguetes, te compro un helado”. “¡Castigada sin postre!”.
¿Cuántas veces se nos escapan frases como estas? Con ellas
enseñamos a nuestros hijos que la comida no es sólo comida, sino una
gratificación (especialmente las golosinas) o un castigo (sobre todo las frutas
y verduras). Les enseñamos a comer o no comer por motivos ajenos al hambre, y
por tanto a los mecanismos de control de nuestro organismo. A vivir para comer,
o a ordenar su vida en función de la comida.
Si no comemos para satisfacer el hambre, sino para satisfacer
otras necesidades, corremos el riesgo de comer bastante más de lo que
necesitamos. ¿Cuántas obesidades nacerán de esta confusión?
5.- Comer a sus horas
Su hijo ha tomado, y probablemente sigue tomando, el pecho a
demanda. Cuando tiene hambre mama, y ya está. De este modo aprende a escuchar y
seguir sus propias sensaciones, y a comer exactamente lo que necesita, según su
apetito. Si su hijo ha tomado el biberón, también lo habrá hecho a demanda (la
ESPGAN, Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátricas,
recomienda claramente, desde 1982, que el biberón se dé a demanda). Pero
todavía encontrará partidarios de teorías antiguas, defendiendo la presunta
importancia de dar papillas, biberones e incluso el pecho “a sus horas”. La
presunta importancia para la salud de “comer a sus horas” es uno de los mayores
mitos de nuestro tiempo. ¿Acaso desayuna, come y cena usted a la misma hora los
domingos y los jueves?
Por supuesto, tarde o temprano nuestro ritmo de vida nos
impone un horario. Hay que desayunar antes de ir al trabajo, y comer al salir.
Por eso mismo, no es necesario que “acostumbre” usted a su hijo a un horario,
ya se lo encontrará cuando vaya al cole. ¿O es que piensa que, si no le enseña bien,
comerá paella en clase de matemáticas?
Hasta entonces, aproveche estos meses o años de tranquilidad
para enseñarle a su hijo algo mucho más importante que los horarios: a comer
siguiendo sus propias necesidades, cuando quiera y la cantidad que quiera.
Permita que su mecanismo de control del apetito se afiance sobre señales
internas, y no sobre estímulos externos. Es un regalo para toda la vida.
Eso significa que sí, se puede comer “entre horas”. No sólo
no es malo para la salud, sino que es mucho mejor. Se ha demostrado que los que
toman comidas pequeñas y frecuentes (“picotean”) tienen el colesterol más bajo
y menos tendencia a la diabetes. Comer entre horas sólo es “malo” si se comen
cosas “malas”; hace usted bien en no dejar que su hijo picotee caramelos o
patatas de bolsa, pero no hay ningún problema en que coma pan, fruta,
zanahorias… Si después no cena, ¿qué más da? “No comer por haber comido, nada
se ha perdido”.
6.- Recuerde su propia infancia
“Yo me lo acababa todo”. “Yo no hacía el tonto con la
comida”. “A mí me enseñaron a comer de todo”. Seguro, pero ¿a qué edad?
Los excelentes modales en la mesa y la actitud madura y
responsable que usted recuerda, ¿no serán recuerdos de sus 12 o 14 años? ¿De
verdad recuerda usted cómo comía a los dos años? Pregunte a su madre…
Hay otro motivo por el que hemos de recordar nuestra propia
infancia. Muchas veces nos dicen que nuestros hijos no comen por “espíritu de
oposición”, para “afianzar su personalidad”, o (en la versión más negativa)
para “manipular a sus padres” o para “probar hasta dónde pueden llegar”.
¿Recuerda usted haber hecho alguna vez una cosa así? ¿Alguna vez pensó “la
coliflor no está mal, pero voy a fastidiar a mi madre, así que no me la comeré,
¡ja, ja, ja!” (risa malévola)? ¿No será más bien que la coliflor le producía
unas náuseas insuperables, que cuando volvía del colegio y notaba aquel olor
repugnante ya se echaba a temblar pensando en la pelea que vendría a
continuación? ¿Consiguió convencer a sus padres de que no podía con la
coliflor, o “aprendió” a comer de todo a base de gritos y castigos? Tal vez su
hijo come coliflor tan ricamente, pero le da asco el pescado, o las manzanas, o
las lentejas…
7.- Pero ¿usted de parte de quién está?
¿Qué hace perdiendo el tiempo en leer estos absurdos consejos?
¿De verdad cree que yo, sin haber visto nunca a su hijo, sé mejor que él lo que
le conviene comer?
Cuando surja un conflicto entre las necesidades de su hijo y
las opiniones de un libro, de un experto, de una vecina o de una cuñada, tendrá
usted que tomar partido. ¿De parte de quien se pondrá?
viernes, 16 de noviembre de 2018
aporte
la UNEM nos da la oportunidad a los docentes de formarnos partiendo de las experiencias del día a día en nuestro entorno educativo y social, con el fin de transforma la educación venezolana con el hacer, querer y ver de las cosas,teniendo en cuenta la necesidades, expectativas y retos educativos.
Por esta razón el Ministerio se ha encargado de formar a todo su personal a través de los programas de formación en las distintas área de conocimiento, tópicos que transformen la práctica educativa a partir de la construcción de saberes e intercambios de ideas en los diferentes encuentros.
Tip`s:
El conocimiento elemento de poder
practicas educativas con los estudiantes, representantes y colectivos
En este blog encontraras infinidades de actividades realizadas durante el año escolar, la inclusión de los padres, representantes en el ámbito educativo como pilar fundamental en la educación.
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